EL CASTRO LUPARIO Y EL CAMINO PORTUGUÉS AMENAZADOS

 Y no sólo el Castro (bien catalogado y un mito absoluto en la Tradición Jacobea –Translatio-), también el Pazo de O Faramello y el propio Camino Portugués. Resulta que una compañía eléctrica ha obtenido autorización de Patrimonio para tender una línea de altísima tensión sobre esos bienes (torres de cuarenta metros, espacio desertizado de arbolado a ambos lados de las líneas, destrucción absoluta de paisaje y cuencas visuales)

Los vecinos están indignados, las gentes civilizadas también y nadie, absolutamente nadie, comprende que en vísperas de un cacareado Xacobeo 2021 se esté por estas salvajadas. Al parecer la empresa no accedió a soterrar líneas “porque es caro y obligaría a cortar la N-550 para hacer la obra”. Para mala suerte de esta empresa, y de los que han permitido esta animalada, la FICS está estudiando punto a punto este atentado y, si se confirman todos los datos, va a entrar ahí con todo, absolutamente con todo y caiga quien caiga. Se ha llegado a un punto tal de cachondeo y dejación con el patrimonio jacobeo y con el propio patrimonio de Galicia, que no hay más camino que hacer frente con todos los medios posibles a estas cacicadas para beneficio sólo de algunos. Campos de desolación, tierra quemada y un legado más reventado para el futuro:  lo que está pasando en Foncebadón es paradigmático y esto del Castro Lupario es otra gota que ya desborda todos los vasos. Esperen acontecimientos, van a ser muchos (y duros) si la administración pública no rectifica y toma cartas (de una vez) en algo que es un deber ineludible: proteger un patrimonio único e irremplazable.

Añado aquí una pequeña reseña que, en su momento, hice al  respecto del Castro Lupario:

“Un lugar de indudable vinculación a la tradición y a la leyenda jacobea, particularmente a la Translatio, es el Castro Lupario,  prácticamente a  tiro de ballesta de Rúa de Francos, llamado  también Castro de Francos o de Sixto (por la torre que allí se situaba), ubicado en una privilegiada situación dominante sobre el itinerario que une Compostela con Padrón. Si se consiguen traspasar las magníficas murallas ciclópeas que lo circundan por seiscientos metros, el viajero o peregrino no podrá dejar de  admirar el paisaje amable de la no menos mítica comarca de la Amaia. El paisaje y el lugar son francamente evocadores. Allí la leyenda sitúa la morada de la Reina Lupa. Y hasta allí, según la misma leyenda, se acercaron los atribulados discípulos del Apóstol en busca de la ayuda de la malvada reina para dar tierra al cuerpo al Hijo del Trueno.

Hay ya un testimonio temprano sobre el lugar por parte de Juan de Azcona, quien en 1532 anotó en un margen de la copia del Calixtino que se conserva en la Biblioteca Nacional: “… entre el Camino  de Padrón y Santiago esta un torre que llaman de Sixto, cabe Sancto Antonino, junto con un lugar que llaman Franco, donde se dice que moraba la reyna Luparia”. Mauro Castellá Ferrer también lo refleja en su “Historia del Apóstol Santiago, Patrón de las Españas” (1610): “Residía Lupa en un castillo y fortaleza suya, rodeado de gruesa muralla, que aún tiene dice pies de ancho en algunas partes…” Hasta ahí Don Mauro se contiene. Pero luego da rienda suelta a la misma imaginación que mostró en su interpretación del texto grabado en el Pedrón: “… dentro de la cual hay tanta capacidad que cabe un escuadrón de cuatro mil hombres y más…”, para volver pronto a la realidad y la exactitud: “… aún hay hoy día grandes pedazos de ella: en parte tiene el alto de una pica”

El castro, situado entre los concellos de Roís, Teo y Brión, en una situación dominante que permite verlo ya desde las proximidades de O Faramello, fue un poblado de la tribu de los Amaios y probablemente habitado hasta el medievo temprano. Las excavaciones (muy pobres) realizadas en el recinto intramuros dieron como fruto alguna cerámica y un tesorillo con monedas romanas datadas hasta el 331 d.C. Tanto el canónigo López Ferreiro como Manuel Vidal se interesaron vivamente por el castro, intentando vincularlo a la leyenda matriz de la Translatio. A los pies de las soberbias defensas se encuentran restos de la calzada romana, por lo que la posición dominadora del castro cobra todo su sentido en la ruta que va y viene del Libredón. Pero en interior del recinto amurallado han desaparecido toda suerte de vestigios, incluida la más moderna torre de Sixto.

Desde luego, la relevancia literaria, legendaria y emocional supera toda posible importancia arqueológica. El lugar es, desde luego, de abrumadora belleza y pide a gritos al menos un adecentamiento mínimo y una adecuación de los accesos. Su situación a pie de Camino, su indudable interés patrimonial, cultural y natural harían de su puesta en valor una pieza clave en el actual itinerario entre Compostela y Padrón.”

lAS VIEJAS MURALLAS DE UN MITO JACOBEO

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